Ojos profundos, y en la pupila
el dibujo ligero de la delicia que es la locura
y tus miradas
como flecha que atraviesan mi armadura y se llevan mi razón
Tu piel como de nieve
y sus reflejos de luz, brillo de perfección y eternidad
Ah pero tu boca tiene esa forma de las bocas
que ponen fuego en sus besos y que falta para morir quemado ya
Hasta tu inteligencia asoma el brilló de tu belleza,
esa marca en la frente del que ha pensado en algo muchos días ya
Hace falta un genio que deduzca la ecuación de la curva de tu espalda
y que por tus piernas desprecie otros mundos o cualquier otro lugar
Hasta tus manos hablan, cuentan suaves
que saben tocar y también saben ser muros imposibles de derrivar
Me recuerda a esa luna
perfecta que se puede ver en la noche mas despejada de abril
Este poema fue aportado por: Zero